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Todo para el pueblo pero sin el pueblo enero 21, 2008

Posted by Iván in Actualidad política.
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Luis XIV, la personificación de la IlustraciónEl lema que resumía el pensar de los ilustrados del siglo XVIII va como anillo al dedo de ciertos hechos sucedidos recientemente en el panorama político.

 Uno de ellos ha sido la decisión por parte de Mariano Rajoy de apartar de las listas electorales al actual alcalde de Madrid (que cuenta en su haber unas cuantas mayorías absolutas) Alberto Ruiz Gallardón, con el cual no comparto precisamente ideología pero al que profeso un gran respeto por su coherencia y por su papel moderado dentro de un PP demasiado escorado a la derecha en los últimos años.

No cabe duda de que Ruiz Gallardón es (o al menos lo era) un importante valor del PP, dada la cantidad de defensores con los que cuenta (aunque también de detractores, visto el resultado). No parece descabellado pensar que muchas personas que depositaron su voto en las elecciones municipales en Madrid votaron por la persona en cuestión y no tanto por el partido que representa. Así no parece muy inteligente rechazar de una manera tan tajante la legítima aspiración del lider popular de trabajar por su partido desde el Congreso de los Diputados.

En ocasiones los partidos políticos suelen tomar este tipo de decisiones que chocan con el deseo tanto de la gente de calle como de su propia militancia, verdadero soporte moral y social de las formaciones políticas. Todos tenemos en la retina la inexplicable decisión adoptada por el PSOE cuando hizo la vida imposible al ganador de las elecciones primarias para la Secretaría General de dicho partido – Josep Borrell – forzando a este a dimitir, nombrandose tras ello como máximo responsable del partido a Joaquín Almunia, el perdedor de las primarias. Estaba claro que las bases habían elegido al que consideraban debía ser su líder, por lo que este tipo de movimientos fueron, logicamente, muy mal entendidos por los militantes y votantes del partido.

Este tipo de actos, aunque algunos no quieran verlo, tienen su reflejo directo en los resultados de los partidos en los procesos electorales a los que concurren. La militancia es fundamental a la hora de ganar o perder elecciones. Por un lado, tomar decisiones en contra de un número importante de militantes genera falta de cohesión interna, desmotivación y rompe uno de los elementos más cruciales en la transmisión del mensaje que el partido quiere lanzar a la sociedad, el boca a boca.

El trabajo silencioso y a veces imperceptible de la militancia mejora la imagen del partido, aproximándolo y haciéndolo más cercano a la ciudadanía, más que harta de campañas electorales eternas y machaconas. Rompe la relativa distancia entre el candidato y el votante, que ve como su vecino, compañero o amigo trabaja de una forma desinteresada por un proyecto que considera bueno para la sociedad en su conjunto, generando así confianza y finalmente el voto en favor de la opción en cuestión (amen de otros muchos factores que no voy a minimizar aquí y que son tan variados por lo que no voy a entrar a analizarlos).

Así decisiones como la de Rajoy que suponen ir en contra del criterio de tanta gente pueden ser muy perjudiciales para su formación ya que generarán un profundo sentimiento de rechazo por una parte importante de sus militantes, los cuales no harán todos los esfuerzos deseables para transmitir el mensaje del proyecto.

Por ello me parece acertado comparar este tipo de actitudes de ciertos dirigentes de partidos, que en la incomprensible creencia de tener una especie de mandato divino adoptan decisiones que pueden romper la unidad de sus formaciones, con la mentalidad que reinaba entre los gobernantes de la época de la Ilustración.  

Comentarios»

1. elblogdeluispastor - enero 21, 2008

Totalmente de acuerdo contigo, el problema viene cuando algunos dirigentes unen su destino personal al destino del proyecto político o del país, de todo ello tenemos ejemplos vivos. Como tu dices esas actitudes desmovilizan en primer lugar al militante de base y acto seguido a la sociedad civil, sencillamente porque se ha cortado el enlace natural entre el político y el ciudadan@. Cuesta mucho ganar la confianza de los ciudadan@s y muy poco en perderla.

2. Iván - enero 21, 2008

Y lo malo es que como decía las consecuencias solo son visibles cuando es demasiado tarde. Creo sinceramente que el PP se ha equivocado enormemente al haber elegido a un independiente (por mucho que se haya afiliado recientemente) como Pizarro para ser el segundo de Rajoy ya que han dado la espalda a un número muy importante de sus militantes que veían en Ruiz-Gallardón como una esperanza para llegar al gobierno de nuevo. Como digo es una actitud irresponsable de los que les compete dirigir el partido pero no a golpe de silbato.

3. Zinqueta - enero 22, 2008

No me voy a ir por las ramas, me voy a ir directamente a Huesca. Cuando la militancia realiza una votacion , o mejor dicho dos , tienes el juego hecho para pervertir el resultado, ¿con que porcentaje nos quedamos? , con la primera o con la segunda votación. No es el porcentaje sino lo que dice la militancia en una u otra elección, quiero un cambio y estas son las personas que quiero que lo hagan. La primera votación es entre dos modelos de partido, de presidencia y de personas, queda muy igualado, esto demuestra una division de perfil de militante contundente. Q se complementaria facilmente, la frescura y la experiencia, el corazon y el cerebro, la cercania y la rentabilidad.
En la segunda votación una parte de la militancia decide cerrar filas en torno a un grupo de candidatos de manera ferrea y otra parte decide cerra filas de una manera mas anarquica , dejandose orientar pero con un criterio propio del que orgullosamente hacen gala. Con unos resultados que son los que son.

¿Gana el profesionalismo o la osadia? Somos un grupo homogeneo o somos una diversidad?
Aqui esta las gran oportunidad , en que una vencedora diseñe ella misma una estrategia diferente y a medio largo plazo. Somos un partido distinto porque la militancia lo es. ¿patrones? San Valero, San Sebastian, y Santa Agueda….


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