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Descubierta una nueva enfermedad, la ESQUIZOFRENIA POLÍTICA junio 15, 2010

Posted by Iván in Actualidad política.
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Hoy presento mi candidatura al Premio Nobel en Fisiología o Medicina por haber descubierto este fin de semana un nuevo transtorno mental, la ESQUIZOFRENIA POLÍTICA. Si lo logro, tendré el honor de que mi nombre aparezca junto al de un ilustre aragonés como Santiago Ramón y Cajal, nuestro único Nobel en todas las disciplinas hasta la fecha.

El transtorno se manifiesta fundamentalmente en personas de mediana edad y que hayan desempeñado importantes responsabilidades políticas (bien de representación o de gestión), de ahí el calificativo de política de esta variante de esquizofrenia, y que tras vivir algún acontecimiento de carácter traumático derivan en esta enfermedad.

El transtorno se aprecia a través de declaraciones fuera de lugar y contexto, de tipo obsesivo y que carecen del más mínimo análisis y raciocinio. La manifestación del transtorno se hace especialmente visible en momentos de máximo estres como la elaboración de listas y en las que se evidencia el paso a un segundo (en el mejor de los casos, si no es en un último) plano de la persona afectada, despojada tras el shock de toda legitimidad y poder real de influencia.

El transtorno puede considerarse especialmente grave si en las declaraciones realizadas por el sujeto se mencionan puestos de honor reservados para personas que, no habiendo ejercicido las responsabilidades que este llevó o lleva a cabo, muestran un compromiso y un trabajo desinteresado y constante, digno de elogio. La gravedad es si cabe mayor si a las personas a las que se refiere cuentan con un respaldo importante y superior al que el sujeto obtuvo en sus mejores resultados electorales.

La enfermedad es debida a la pérdida repentina de poder de control sobre colectivos más o menos amplios y de autoridad moral para el liderazgo de estos. A ello se le suma haber sufrido cierto proceso de esquinamiento de la persona en cuestión por parte de un tercero o terceros y no querer reconocer de manera subconsciente este hecho, prefiriendo echar la culpa de ello a conspiraciones judeo-masónicas, alineamiento de astros u otros hechos inverosímiles.

Para su cura se recomienda llevar a cabo una dimisión a tiempo (preferiblemente tras el acontecimiento traumático desencadenante del transtorno, aunque nunca es tarde), un ejercicio de autocrítica real y bajar a la tierra desde el cielo de la Alta política. En caso de que el sujeto no sea capaz por si solo ni con ayuda externa de realizar este ejercicio de humildad, y ante la ausencia de autoridad moral para dar lecciones a nadie y la empanada mental que el sujeto tiene, la cual le impide ver la foto de la realidad de una manera nítida, recomendamos aplicar las enseñanzas de Abraham Lincoln cuando dijo “Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles toda duda de ello.