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El INÚTIL voto útil vs. VOTO EN CONCIENCIA noviembre 18, 2011

Posted by Iván in Actualidad política.
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Llega el esperado (o fatídico, esto va por barrios) día 20-N, fecha establecida para que se celebren las llamadas Elecciones Generales, una cita electoral que desde luego creo que pasará a la historia, una cita diferente, por muchos motivos y que marcará (quien sabe cuanto) nuestro futuro más inmediato, y no tanto me temo.

Se habla de que está en peligro nuestro Estado del Bienestar, un logro social fruto de muchos años de lucha, por la virulencia con la que está siendo atacada en sus principios más fundamentales desde esa entelequia llamada «los mercados» y apoyada por un pensamiento neoliberal imperante que, lejos de estar cuestionado por haber sido el principal causante de la crisis que ha originado semejante maremagnum, campa a sus anchas sin prácticamente oposición de lo que podría denominarse la izquierda, ya sea social (aunque algunos hayan pervertido por puro interés este término recientemente) o política.

Sin duda estas elecciones son diferentes a otras anteriores. Son diferentes por la situación socio-económica crítica por la que atravesamos, que ha afectado a todos (bueno a casí todos porque a los de siempre, a los que siempre ganan, pues como que no) dejando a mucha gente en el paro, sin nada, generando situaciones autenticamente dramáticas que podemos leer día si y día también en los periódicos.

Es diferente también porque la política institucional nunca había estado tan cuestionada en la historia de nuestra democracia (y la del mundo en general) como lo está hoy. Porque la ola de indignación, en España capitaneada por el Movimiento 15-M, algo inédito, extraordinario y muy necesario, es imparable y traerá sus consecuencias tarde o temprano.

Los partidos políticos de siempre y los gobiernos pueden optar por dos opciones posibles. Hacer oidos sordos al descontento general y atenerse a enfrentarse a una situación muy serie de revueltas populares (las cuales no tienen por qué ser pacíficas, y no es que defienda eso pero sería un iluso si creyese que esto no puede pasar, para muestra tenemos el caso griego) o pueden verdaderamente escuchar a los indignados y empezar a hacer cambios que vayan en el sentido de dar más participación a la gente en las decisiones, en aumentar la desafección por la política reduciendo privilegios, limitando la presencia en cargos institucionales, mejorando el funcionamiento democrático de las instituciones, en definitiva, devolviendo la soberanía a quienes son los propietarios de la misma, los ciudadanos.

Pero lo realmente cierto es que, a pesar de ciertos cambios de discurso con objeto de incluir, de manera estética, algunas propuestas surgidas de esta ola de indignación, los partidos de siempre, los que son cómplices de la situación actual y durante años, más bien décadas, no han mostrado interés alguno ni crítica conocida sobre el funcionamiento del sistema, salvo ahora que se les cuestiona de manera muy visible por un porcentaje nada desdeñable de la población.

Resulta realmente patético los intentos de algunos ahora de hablar de regeneración democrática, participación y transformar la indignación en rebeldía cuando han estado viviendo comodamente a la sombra de la institución de turno, sin que en esos años les haya preocupado en absoluto la horizontalidad ni otra forma de hacer política.

La realidad es que los hechos hablan por si mismos y nos dicen que los discursos de los partidos con inercias pasadas van por un lado y su acción por otra. Mismas caras de siempre, mismas recetas políticas que las nos llevaron a la situación actual, eso si barnizadas con «pintura 15-M» para que parezca otra cosa cuando no lo es.

Y para muestra un botón. Como era previsible el actor estelar de toda campaña electoral vuelve una vez: El Sr. VOTO ÚTIL. Recurrentemente los partidos políticos instalados en el poder o las instituciones apelan a que los electores no «tiren» su voto, sean niños buenos y voten una opción «como Dios manda». Una opción que ya forme parte del tinglado institucional, de las que utilizan los medios de comunicación a su entera disposición (no proclives a facilitar el acceso a otras propuestas políticas), de las que subvencionamos todos con nuestros impuestos a base de pingües subvenciones e innumerables puestos de libre designación en instituciones (muy bien pagados por cierto) y así suma y sigue.

Lo verdaderamente notable de este caso es que la apelación a ese voto útil ya no sólo se realiza por lo habituales en estas lides, véase PSOE – PP, sino que ya es esgrimido por los supuestamente damnificados citas electorales atrás por este perverso concepto, esto es IU y fuerzas «aliadas» de esta. Las razones esgrimidas por ellas son bien diferentes: el voto útil para el cambio, evitar los recortes o el bipartidismo. A pesar de ello, todos comparten un mensaje común. Tú voto solo sirve si es hacia una opción con opciones o de gobernar o de salir representada, lo demás no importa. La conclusión a ello es fácil, la mayor parte del electorado debería acudir a la urna con una pinza en la nariz y dar su voto a una opción que le complazca muy muy de refilón.

Pero si una cosa caracteriza a estas elecciones es que las viejas reglas, los razonamientos pasados, los conceptos caducos (como el voto útil) ya no sirven y deben dar paso a nuevas formas de entender la sociedad actual y desde luego su forma de expresarse, tanto en el marco institucional como fuera de el. Atrás han quedado o quedarán lógicas que solo llevan al mantenimiento del status quo de ciertas élites alejadas de la sociedad civil en general y que sólo se preocupa por esta una vez cada cuatro años. Por eso es necesario que Reinicies tu forma de pensar, que Recicles tu voto y Recuperes la ilusión por el sistema democrático (pero el de verdad).

El voto de una persona es SIEMPRE ÚTIL, vote a quien vote, siempre que lo haga por convencimiento, tras un periodo de reflexión, sin importar el resultado que obtenga la opción escogida por este. Al fin y al cabo los resultados de las fuerzas políticas son solamente la suma de las decisiones individuales de millones de personas y por tanto solamente si existe coincidencia de muchas personas en el diagnóstico y en la decisión se produce un «buen» resultado electoral (en términos de obtener representación, dada la perversidad del sistema electoral en general y de la aplicación de la Ley d’Hont en particular).

La apelación al voto útil es solo una estratagema para «dirigir» esa decisión haciendo creer al votante que si elige una opción que no obtiene representación su voto ha sido tirado a la basura. Pero ¿que cambia si una persona cambiase su decisión de votar una fuerza que obtendrá representación por otra que tal vez no la obtenga? Seguramente en términos de resultado poco o nada (todavía no conozco ningún caso de que se haya obtenido un diputado por un solo voto), pero en términos de coherencia en la decisión la diferencia para la persona en cuestión es enorme.

El voto es sin duda el instrumento por el que elegimos a las personas que nos van a representar en las instituciones pero es mucho más que eso. Es la forma que tenemos de apoyar u oponernos a determinadas formas de hacer política, programas, comportamientos pasados y así un largo etcétera. De ahí que defienda en este comentario la utilidad del voto ideológico, del que es fruto de una forma de entender la vida, la sociedad y la forma de hacer política. De la no resignación, por muy difícil que parezca, a que no se puede hacer nada y por tanto las cosas no van a cambiar. De que es mejor votar algo con posibilidades que «jugártela» con otras opciones (¿de verdad tenemos algo que perder?).

¿Acaso alguien cree que cuando los primeros indignados decidieron tomar las plazas se les pasó por la cabeza la utilidad de la acción? ¿Cuantas veces escucharían eso de: para que acampas, total para lo que va a servir?

Basta ya de posibilismos y pragmatismos. Es hora de votar en conciencia, con cierta utopía, pero con ilusión por cambiar (de verdad) las cosas, por apostar por otras formas y otras personas para hacer política y no por lo que se ha venido haciendo (con la complicidad de todas las fuerzas de una u otra forma) hasta ahora. Es hora de apostar por una participación real y no postiza, por recuperar la soberanía, por exigir a los propios partidos transparencia, austeridad, horizontalidad y responsabilidad en sus decisiones.

Por todo eso yo apostaré por EQUO, una fuerza nueva, distinta, horizontal, participativa, ecologista, que apuesta por la justicia social, por la regeneración democrática, por un sistema electoral más justo y representativo, que es fruto del esfuerzo desinteresado de miles de personas que legítimamente se presentan en estas elecciones para apostar por otra forma de hacer política, sea cual sea su resultado que obtenga (o peor me digan interesadamente a través de encuestas requetecocinadas) ya sea en mi circunscripción electoral (Zaragoza) o en el resto del Estado. Y votaré esta opción el domingo porque el resto no me convencen, unos porque dicen una cosa en periodo electoral y luego hacen otra bien diferente, otros porque llevan programas ocultos y no hablan claro y otros porque no tienen legitimidad para hacerse denominar alternativa de otros grandes partidos porque a la menos pensada siguen los designos de los anteriores por intereses que poco o nada tienen que ver con los de sus electores.

Esta es mi decisión. Ahora espero que tú tomes la tuya. La que desees , pero tras un periodo de reflexión y tras haber valorado las diferentes opciones. Sin entrar en el juego del chantaje de ese concepto tan perverso como el voto útil y teniendo en cuenta además que las opciones del voto nulo o blanco, aunque muchos crean que es al contrario, solo hacen que fortalecer al bipartidismo y el sistema partitocrático. Y que desde luego la abstención no debería ser una opción puesto que por muchas imperfecciones que tenga el sistema siempre es mejor que puedas votar a que voten otros por tí, como los mercados o los lobbies.

Por eso el domingo ve a votar y VOTA EN CONCIENCIA!

Otra forma de hacer política SÍ es POSIBLE octubre 31, 2011

Posted by Iván in Actualidad política.
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Llevaba tiempo sin escribir por este medio, un tanto en desuso por parte de todos tras la irrupción de otros medios como Facebook, Twitter y otras redes sociales mucho más ágiles y de carácter instantáneo que las webs tradicionales, pero también con sus limitaciones, siendo la del espacio la principal de ellas.

La inclusión dentro de mi página del blog de un buen amigo que de manera desinteresada se dedica a recopilar las «Happy Hours» de los Bares zaragozanos, me da pie para retomar el blog y hacer una reflexión fruto de un periodo de mayor tranquilidad en lo personal y profesional, esperemos que tenga continuidad y pueda sacar el tiempo necesario para mantener este blog minimamente actualizado.

Y fue precisamente el aludido amigo, quien a estas horas estará de camino a Londres para disfrutar de unos días en la capital de la pérfida Albión con tourné futbolística incluida, quien me dio pie a la entrada que ahora comparto con vosotros. Habiendo leído mi última entrada en el blog me hizo la pregunta del millón, ¿y ahora que? ¿A quien vas a votar? ¿A quien votamos?

Sin duda el abandono de un proyecto político en el que has participado activamente durante 10 años te provoca una sensación de vacío y cierta desorientación. Si además tu implicación ha sido importante, dedicando incontables horas de tu tiempo libre, sacrificando mucho por un proyecto en el que creías, pero sobre todo por otra forma de hacer política, se genera un estado de cierta necesidad de búsqueda de algo que llene ese vacío, de algún proyecto en el que implicarse y que merezca la pena el esfuerzo. Hay que tener en cuenta además que el sentimiento de decepción es muy grande, la sensación de haber estado perdiendo el tiempo también, por lo que hay que hilar muy fino con la decisión a tomar.

Y es que en política hay mucho de «más de lo mismo», tanto en la izquierda tradicional como en las supuestas alternativas izquierdas, en partidos grandes, pequeños e incluso en algunos que son meros proyectos, muchos de ellos de carácter casi unipersonal. Las viejas formas de política se defienden incluso por quienes las han sufrido en sus carnes como algo inevitable y hasta necesario para lograr el éxito electoral.

Pero si algo nos ha enseñado el Movimiento 15-M, el que sin duda será su gran legado para el futuro, es que existe un clamor por parte de la verdadera izquierda social, la que ha estado a pie de calle reinvindicando su participación en los asuntos políticos, por acabar con los privilegios de una clase política totalmente alejada de los problemas de sus electores, por la aplicación de soluciones de carácter solidario en la resolución de la crisis, en definitiva, por hacer un política diferente, eso si, con la participación real de todos.

Y es precisamente en eso en lo que he centrado mi atención estos meses, en la búsqueda de espacios colectivos donde la participación y la democracia interna tuvieran un papel central, no sólo en el discurso sino fundamentalmente en la acción.  Un lugar donde el militante, el integrante anónimo del colectivo, tuviese voz, y que esta contase en la toma de decisiones de la organización.  He antepuesto esta búsqueda de lo que podría considerarse el mínimo necesario para participar en una aventura colectiva, incluso a cuestiones propias de carácter ideológico o identitario, en el convencimiento de que sólo lo segundo tiene sentido si es posible lograr un debate real y sincero con un sistema de toma de decisiones no adulterado y controlado por parte de élites dirigentes establecidas.

La búsqueda ha dado su frutos y finalmente he tomado la determinación de involucrarme en un nuevo proyecto llamado EQUO. Un proyecto de carácter ecosocialista, federalista y que apuesta por un cambio profundo en la forma de participar de la ciudadanía en la acción pública y en una reforma muy importante de nuestro sistema democrático. Y ello se hace, tal y como pude vislumbrar en la pasada Asamblea Constituyente de este partido que se celebró en la localidad de Rivas-Vaciamadrid en Madrid, predicando con el ejemplo, con un proceso abierto en el que todo el mundo pueda opinar, donde además la opinión de todos es importante.

Sin duda no es un proyecto perfecto, como ninguno lo es. Habrá cosas en las que no estaré de acuerdo, me consta que así será y que así es ya hoy en día. Pero por encima de eso el proyecto Equo tiene una serie de virtualidades que hacen necesario que esta iniciativa tenga éxito. Equo demuestra que la democracia participativa, la horizontalidad, la participación y la decisión por parte de todos es posible, no sólo en colectivos pequeños sino también en grandes estructuras. Que elegir candidatos y listas electorales se puede hacer de manera transparente y totalmente democrática, a través del sistema de elecciones primarias abiertas, que se puede elaborar un programa electoral de forma participativa no sólo presencial sino también a través de una comunidad virtual, que todavía hay márgen para la utopía, la ilusión y el cambio en una actividad política tan cuestionada en nuestros tiempos.

Por ello mi apuesta, mi apoyo y todo el tiempo que pueda dedicar, lamentablemente no todo el que me gustaría, irá para empujar a aquellas personas que han dado su cara por una forma nueva y diferente de hacer política, desde la ilusión y la modestia, pero con todo el derecho del mundo de poderse presentar a la sociedad con un proyecto diferenciado, independiente, sin tutela alguna, siempre con la cabeza bien alta, desde los principios de participación horizontal y democrática.

Y para ello empezamos con una fiesta hoy mismo día 31 de Octubre, en el BAR LA TERRAZA en C/ San Antonio María Claret 20 a las 21:30 hrs donde se presentará el proyecto a todos los aragoneses.

OS ESPERAMOS! EQUO VA!

Libertad, Liberté, Freedom… LIBERTÁ junio 10, 2011

Posted by Iván in Actualidad política.
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Hoy, después de más de 10 años de militancia activa en Chunta Aragonesista, he tomado la decisión, junto con otros muchos compañeros y amigos, de darme de baja de este partido. Las causas las tenéis más abajo en una carta que hemos elaborado y enviado a los medios de comunicación.

De todos estos años me quedo con buenas amistades, momentos compartidos, luchas y utopías. Pasamos página y comenzamos nuevo capítulo en lo personal dejando atrás a muchos que no merecen ni complicidades ni reconocimiento alguno por mi parte, dado que me han demostrado tanto su talla humana como el porqué de su participación en política y en la vida pública, y no es desde luego loable en absoluto.

Los firmantes de esta carta compartimos fundamentalmente dos características. Por un lado, nuestra militancia “activa” en Chunta Aragonesista, algunos desde su fundación, otros algo más tarde, partido al que nos afiliamos en busca de otra forma de hacer política, más cercana, participativa, amable y que buscaba no el estar por estar, sino el estar para cambiar las cosas.

En todo este tiempo hemos antepuesto en muchas ocasiones nuestro compromiso por crear una sociedad mejor a nuestras propias vidas personales, participando de distintas formas en la acción política dentro de CHA. Hemos participado como militantes de a pie en las reuniones del partido, hemos formado parte de ejecutivas comarcales y nacionales, también hemos coordinado diferentes e importantes Roldes (órganos responsables de la elaboración de la política sectorial del partido) y por último hemos representado al partido en diversas instituciones, incluso con responsabilidades de gobierno.

En todos los casos nuestra acción política ha estado fuertemente marcada por una serie de valores propios que convertían a CHA en un proyecto político joven, abierto, diferente e ilusionante, nítidamente nacionalista aragonés y de izquierdas. Lamentablemente hoy no encontramos esos valores en Chunta, que ha terminado siendo un partido más, dentro del espectro político aragonés, opinión que compartimos no sólo nosotros, sino a tenor de los resultados, la mayor parte de las personas que en algún momento votaron a estas siglas y que han retirado su confianza al proyecto hasta en ya cuatro citas electorales consecutivas.

La pertenencia a un partido político es un ejercicio de libertad, y muy especialmente en el caso de una militancia activa con compromiso personal. Pero para ello son necesarias unas determinadas condiciones que favorezcan el trabajo en el mismo.

Entre ellas están el tener una estructura y funcionamiento democrático que propicie e incentive la participación activa y crítica de las bases, y su corresponsabilidad en la toma de decisiones, así como el respeto y reconocimiento a las opiniones minoritarias que, lejos de suponer un peligro para la unidad del partido, lo enriquecen y mantienen vivo.

Entendemos que, en estos momentos, dichas condiciones no sólo no se dan sino que de forma intolerable se ataca la discrepancia, conculcando derechos como la libertad de expresión y el ejercicio democrático de la crítica, lo cual nos hace muy difícil seguir en el partido en estas condiciones.

Si a esto sumamos el preocupante alejamiento de la calle y del aragonesismo social y cultural, el ninguneo constante, cuando no marginación o represalias contra la corriente de opinión Cucha y País y sus integrantes, el panorama, desde luego, no es muy alentador y en nada favorece asolucionar las cosas. En definitiva CHA se ha convertido en una estructura burocratizada, vertical y no horizontal donde la toma de decisiones va de arriba hacia abajo.

La otra característica que los firmantes compartimos es nuestro convencimiento de la importancia del tejido social y asociativo, del cual procedemos y en el que seguimos y seguiremos trabajando. A diferencia de la dirección de CHA creemos firmemente que la lucha en la calle, la participación activa sincera y desinteresada, sin buscar réditos políticos da sus frutos en forma de cambios y mejoras para todos. Es por ello, por lo que nuestra baja colectiva en el partido en el que hemos estado militando estos años no supondrá nuestra salida de la vida pública, sino el incidir más en nuestra militancia en diferentes colectivos sociales.

Esta decisión, meditada y difícil, fue tomada antes de las elecciones, e intencionadamente se pospuso a este momento, para no perjudicar electoralmente a ningún compañero, ni que se pusiera nuestra marcha como excusa por parte de la dirección del partido ante unos posibles malos resultados electorales.

Sin duda seguiremos compartiendo luchas, intereses y parte de nuestro tiempo con personas que han decidido continuar militando en CHA y que son una muestra de lucha, tesón y generosidad, y a los que mostramos nuestro ánimo y comprensión.

En lo político abrimos un periodo de reflexión de manera individual y colectiva, reafirmándonos en la vigencia presente y futura de la lucha por lograr un Aragón, socialista, rojiverde, libre y soberano.

¡Entalto Aragón!

Consolidando la debacle May 26, 2011

Posted by Iván in Actualidad política.
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Las elecciones autonómicas y locales del pasado domingo han arrojado, por mucho que algunos se empeñen en negarlo, un previsible resultado en forma de ascensión (casi a los cielos) del Partido Popular y el descalabro del PSOE que ha sufrido en sus propias carnes el duro castigo de los electores por las políticas erróneas y erráticas llevadas a cabo desde la Moncloa fundamentalmente. A la postre ello ha supuesto un giro a la derecha (menos del que se habla puesto que las posiciones que actualmente representa el PSOE no son precisamente muy de izquierdas) y un cambio con pocos precedentes en nuestra historia partitocrática (me resisto a poner democrática).

Pero más allá de este panorama macro resultante de las elecciones hay otros aspectos en los que me gustaría centrar. En Aragón se ha vivido una caida importante del PAR, especialmente en la ciudad de Zaragoza, aunque amortiguada en el resto, en gran parte, gracias a la «intervención» de determinados medios de comunicación muy interesados en la no desaparición del partido que, como muy ocurrentemente definió el propio Biel, es el «clavo del abanico» que gira en función de la matemática electoral, o como más expresivamente se podría decir, se arrima al sol que más calienta. Misma explicación podemos encontrar al hecho de que la formación UPyD no haya logrado (por muy poco) representación alguna en las instituciones aragonesas, algo que desde luego parece no interesaba demasiado por Paseo Independencia y aledaños.

Pero para mi personalmente tiene mucho interés lo que ha sucedido con las «otras» dos fuerzas de izquierda del panorama parlamentario aragonés, esto es, CHA e IU (especialmente la primera, por cuestiones de militancia en la misma). Con respecto a la primera sorprende (al menos para mi) ver la algarabía con la que se han recibido los resultados electorales por parte de sus dirigentes, a pesar de ser en mi opinión, totalmente decepcionantes. Así, contrasta el hecho de que en 2007 con 54.752 votos logrados (8.15%) y 4 diputados en las Cortes de Aragón se hablase de autentica debacle y cataclismo electoral y ahora con 55.875 votos (8.24% de los votos y solamente 1.123 votos más) y los mismos representantes se hable de consolidación, cambio de tendencia y resistencia al bipartidismo. En ambos casos, si se compara con el mejor resultado histórico de este partido en elecciones autonómicas estamos hablando de unos 42.000 votos menos, casi un 43 % menos. Y ello sin entrar en datos más finos, análisis que daría mucho de que hablar como alcaldías y concejalías perdidas en destacadas localidades, presencia en Diputaciones volatilizadas, etc.

Sin duda una de las grandes conclusiones de estas elecciones a tenor de estos resultados CHA ya ha encontrado respuesta a uno de los enigmas que más preocupaban a la organización: ¿Cual es el suelo de CHA? La respuesta es facil: CERO. Y esto es así porque si en un escenario de caida libre del Partido Socialista, con el paro campando a sus anchas, desafección hacia la clase política en general, numerosos casos de corrupción y así un largo etcétera la formación ha sido incapaz de mejorar sustancialmente sus resultados, como sí lo ha hecho la quinta en discordia IU. Parece más que previsible que en futuras contiendas electorales donde el PSOE recupere terreno (que lo hará, y de eso no hay duda especialmente tras el proceso de convulsión interna que la formación va a vivir en los próximos meses) CHA caiga de tal manera que irremediablemente termine desapareciendo de las principales instituciones aragonesas. Tal vez la alegría con la que se recibieron los resultados en el Hotel Hesperia es reflejo de la asunción por parte de esta formación que su techo electoral se situa ahora en 4-5 diputados, muy por debajo de los 9-10 de 8 años atrás y que si suponían una cantidad importante como para influir de manera notoria en la política aragonesa. Si esto fuera así el resultado obtenido sería fracamente bueno, casí de película.

Muchos me llamaran alarmista, resentido y no se cuantas cosas más por decir esto, pero no creo (siempre hay que dejar cierto margen para la sorpresa) que puedan aportar argumentos convincentes para rebatir mi análisis. Y es que, utilizando un simil médico, hace tiempo que CHA entró en una situación de enfermo crónico casi terminal, que requería llevar a cabo una intervención quirúrgica general y urgente que supusiera recuperar los valores que caracterizaron al proyecto basados en una forma fresca y diferente de hacer política desde una perspectiva aragonesista de izquierdas.

Sin embargo la organización optó por un cambio tranquilo, eufemismo que se suele utilizar en política para hablar de continuismo y más de lo mismo, es decir cambio estético y poco más. Así en vez de retomar las fortalezas pasadas, dar una concepción más abierta a la organización y reconocer errores pasados, se optó por continuar o profundizar más si cabe en ellos, criminalizando al discrepante, incluso más eficazmente de lo que se venía haciendo históricamente, reforzando aún más al culto al lider, error que los partidos cometen habitualmente y dejando de lado aspectos tan importantes, especialmente en los partidos minoritarios, como las propuestas programáticas, ideología y formas de hacer política.

En definitiva, en vez de iniciar un proceso de refundación con una actitud de generosidad por parte de la dirección elegida (aunque de forma muy ajustada) de su último congreso, en el cual se diese paso a una verdadera renovación de ideas y personas, se continuo con la huida hacia delante ya iniciada tiempo atrás, fruto de un importante grado de ensimismamiento de las últimas direcciones de CHA y con ello de un alejamiento continuado y profundo de la que podemos calificar como izquierda social aragonesista.

A ello se le añade ademas una clara estrategia política, premeditada y plenamente consciente de las últimas direcciones nacionales de CHA, de brindar a los electores un partido más «vendible» en terminos de marketing político a través de la asunción de posiciones más moderadas o el abandono de ciertos aspectos característicos de la ideología de este partido por ser excesivamente vanguardistas o incluso rupturistas, y por tanto de acogida no mayoritaria por la población en general (llámese temas medioambientales, económicos o incluso identarios para el nacionalismo aragonés). Esta pretensión de ampliar el potencial electorado de la formación y ser un partido de caracter más general, el tiempo ha terminado por demostrar que era completamente erronea ya que la «suavización» ideológica de CHA no solo ha supuesto que gran parte de su electorado (y militancia) tradicional haya abandonado a la formación y ni siquiera la considere ya como referente alguno de esa otra forma de hacer política, sino que tampoco ha recibido voto alguno del electorado más moderado al que se pretendía acercar. Esta estrategia se ha acrecentado más si cabe con la «nueva» dirección nacional de CHA, la cual además ha puesto en marcha un intenso proceso de acabar con cualquier referencia al pasado de CHA en todos sus aspectos, se trata de una refundación encubierta en la que el pasado ni importa y además se desprecia y repudia sin ningún tipo de miramientos, con apartamientos más que ostentosos de antiguos líderes que han pasado al mayor de los ostracismos, eso sí, con palmadita en la espalda de regalo (a algunos claro está) para guardar ciertas formas.

Alguien podría pensar que ahora después del resultado, de que la ciudadanía no parece creer en absoluto en la supuesta renovación emprendida por CHA y si parece castigar la pérdida de sus valores históricos como partido diferenciado, lo lógico es que se iniciase un profundo ejercicio de autocrítica y se intentase corregir, tal vez demasiado tarde, los errores cometidos en el pasado más cercano. Sin embargo, bien al contrario, la huida continua y no se ve, o lo que es peor, no se quiere ver, la realidad existente.

Mientras IU pasa a CHA por su izquierda como si de un Fórmula 1 se tratase con propuestas nitidamente de izquierdas y con guiños constantes al tejido social, CHA prefiere seguir mirándose al ombligo y de nuevo achacar el pobre resultado electoral a causas externas como el bipartidismo. De nuevo se da a entender que el votante no realiza un ejercicio crítico a la hora de depositar su papeleta, despreciando su inteligencia y por tanto situando en un plano superior a una aristocracia partitocrática que como buen monarca ilustrado es capaz de saber que es lo mejor para su pueblo pero sin contar con su opinión.

Este es el gran error que parece ya no tiene remedio en una organización que, tal vez, este herida de muerte y que en función de las decisiones que pueda adoptar en un futuro cercano, con el horizonte de una posible entrada en el Gobierno municipal de Zaragoza en ciernes, podría acabar en tragedia griega antes de lo que piensan algunos. En esta espiral de funciones teatrales a las que la actual dirección de CHA nos tiene acostumbrados, ahora toca vivir el acto dedicado a Zaragoza y su Ayuntamiento. Empezamos con las declaraciones de su candidato a dicho Ayuntamiento y Secretario General Juan Martín en la que hablaba de discrepancias internas acerca de la posibilidad de formar parte de un gobierno tripartito con PSOE e IU. Sorprendentes declaraciones cuando parece poco, por no decir nada, probable que entre la corte que lo rodea nadie siquiera se haya planteado osar llevar la contraria o tener opinión propia acerca de este u otros temas, y desde luego, lo que podríamos llamar la disidencia o parte crítica del partido, hasta la fecha, no ha recibido noticia alguna de la dirección del partido para testear el sentir acerca del proceso electoral, su resultado y repercusiones futuras.

Parece poco creíble vista la oposición de baja intensidad realizada en la pasada corporación, sobretodo previa a las elecciones, considerar que por la cabeza de la dirección de CHA pueda llegar a pasar la idea de no formar parte del Gobierno de Zaragoza de manera deliberada. La decisión, podemos decir, está  tomada y su concreción solo dependerá de lo que piensen las otras dos fuerzas políticas en liza. Eso sí, y siguiendo con el teatrillo, ahora toca darle una capa de pintura «participativa» cuando todos sabemos que la cosa está comprada, guisada y hasta emplatada convenientemente. De esto CHA puede dar grandes lecciones en los últimos tiempos, para ello basta simplemente remontarse al proceso de elaboración de la lista municipal de Zaragoza donde, a pesar de la insistencia de sus popes, no hubo un proceso de participación real y sincero de la militancia sino todo lo contrario, exclusión de una parte muy significativa de la misma incluida.

En mi opinión mal harán las tres fuerzas del hipotético tripartito en la coyuntura actual de llegar a semejante acuerdo, ya que aunque la matemática del pleno municipal de Zaragoza diga que las tres suman en número de concejales más que la opción solitaria del Partido Popular, hay que tener en cuenta más hechos para valorar la conveniencia o no del mismo. Las urnas arrojan una mayoría de «izquierdas» (entrecomillo porque como ya he mencionado antes no creo que el PSOE de Belloch represente precisamente posiciones de izquierdas y en ocasiones supera con creces por la derecha a sus rivales del PP) pero también muestran que los zaragozanos mayoritariamente desean un cambio en el color del gobierno municipal, visto el extraordinario castigo que el PSOE ha cosechado el pasado domingo. Y eso también ha de tenerse en cuenta. El PP (que no es en absoluto santo de mi devoción y que ideológicamente se encuentra en las antípodas políticas) tiene no solo la legitimidad de ser la fuerza más votada (con muchísima diferencia) sino también me atrevería a decir la autoridad moral para exigir poder dirigir el ayuntamiento de la capital de Aragón.

En este escenario, que tanto CHA como IU lanzasen un flotador para ayudar a la gran perdedora de las elecciones en forma de pacto de gobierno solo, de nuevo en mi opinión, les reportaría un desgaste monumental en su imagen y en cierta forma ser coparticipes del fracaso del PSOE a la hora de llevar a cabo políticas de izquierdas. Sería mucho más deseable utilizar la capacidad que estas formaciones tienen para bloquear y modular las decisiones que un hipotético gobierno de derechas pueda tomar desde los bancos de la oposición que ser parte de un gobierno que no creo tenga la legitimidad necesaria para gobernar durante los próximos cuatro años, por mucho que las matemáticas si den para ello.

Seguiremos con atención los futuros movimientos políticos en las instituciones aragonesas de unos y otros, dado que es ahora cuando empieza lo verdaderamente interesante del asunto.

¡Que empiecen los juegos!

¡Campana y se acabó! abril 27, 2011

Posted by Iván in Actualidad política.
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Ayer fue mi último pleno oficial como portavoz de CHA en la Junta Municipal de La Almozara, día de despedidas y de hacer balance, un hasta luego en la vida política del que siempre será mi barrio.

Aquí os dejo mi discurso. Como dije al terminar y aplicando la frase que se hizo famosa en el concurso Un, dos, tres: ¡Campana y se acabó!

Hoy estamos aquí en el último pleno de la junta municipal de La Almozara, correspondiente al periodo 2007-2011 y, por tanto, en breves fechas, viviremos unas elecciones municipales que marcarán la composición del pleno del Ayuntamiento y por añadidura de esta junta municipal.

Tras dos años y medio de vocal en sustitución de mi compañero y amigo, Valentín Cazaña, que ocupó el puesto el primer año y medio de corporación, es necesario hacer balance de todo este tiempo, tanto en lo político como, especialmente, en lo personal, más si cabe al tener en cuenta que sea cual sea el resultado del 22 de mayo, no volveré a ocupar esta silla tanto por mi ya nueva vencindad en Valdespartera, como por decisión personal de no repetir en estos menesteres, aunque eso no suponga perder en absoluto mi vinculación con el que siempre será mi barrio.

Esta corporación ha sido la de la Expo, con sus muchas luces pero también abundantes sombras, la de la crisis y el paro y otros muchos acontecimientos varios. A nivel político también supuso para nosotros como grupo un cambio importante tras el mal resultado electoral cosechado en 2007, que en La Almozara conllevó además la pérdida de dos vocalías y la presidencia de la Junta, a pesar del extraordinario trabajo realizado de cara al barrio y sus vecinos por Luis Pastor como presidente y de Valentín Cazaña, Rufino Sánchez y Luis Monge como vocales, a los cuales quiero agradecer personalmente su aportación y dedicación durante esos años. Este hecho llevó a nuestro grupo municipal a tomar la decisión de rechazar en todas las juntas de distrito cualquier tipo de responsabilidad de gestión en cuanto a comisiones de trabajo, excepción hecha de la J.M. de San José donde hemos ostentado la presidencia de la misma.

La decisión supuso, por tanto ,que en La Almozara como en el resto de distritos, el papel del vocal de CHA haya estado limitado únicamente a la asistencia a los plenos y a la presentación, de manera ocasional, de mociones para su debate y posterior votación. Poco bagaje, en mi opinión, como carta de presentación de nuestra formación de cara al resto de vecinos, y una actitud que habla poco del espíritu constructivo y de trabajo de cara al vecino que debiera, de nuevo en mi opinión, regir estos órganos de gestión desconcentrada de los que nos hemos dotado.

Sin embargo, tampoco creo que este hecho haya trascendido al conjunto de los habitantes de La Almozara, ni que la imagen de nuestro partido haya cambiado ni para bien ni para mal por ello. Nuestro modelo de descentralización es prácticamente desconocido para nuestros vecinos o peor, es considerado poco útil por estos, vista la nula participación del conjunto de la ciudadanía en nuestros plenos y comisiones de trabajo, donde siempre se ven las mismas caras y muchas veces te puedes sentir que estas predicando en el desierto o trabajando en balde.

Nuestra descentralización en cambio debería estar orientada a lograr que la sociedad civil, organizada o no, adoptase un papel protagonista en la toma de decisiones vinculantes e importantes, haciendo de esta forma que la participación ciudadana fuese real y no virtual como hasta ahora. Más allá de elecciones del color de puentes, nombres de calles o parques la participación ciudadana debe permitir decidir sobre presupuestos, políticas diversas y cuestiones de calado. Y ello debería ir acompañado además de un esfuerzo por la profundización de nuestra democracia a través de la elección directa de nuestros representantes en las juntas, como un paso más en la dignificación de la política, tan denostada estos días.

Mientras esto se produce, la participación en las juntas (tanto de los vocales “políticos” como de los asociativos y vecinos) supone un esfuerzo altruista, muchas veces utópico y que, al menos en mi caso, no siempre ha encontrado el necesario apoyo o interés en las siglas políticas que van ligadas a nuestros nombres en los puestos que ocupamos. Un simple gesto, un apoyo ocasional, una pequeña palmadita en la espalda es, en ocasiones bastante para reconocer un trabajo que, siempre, va en detrimento de hobbies, vida personal y familiar y por tanto supone un sacrificio para todos los que estamos aquí presentes.

Por último quiero dedicar mis últimas palabras a todos vosotros, los que habéis asistido a los plenos y en especial a mis compañeros vocales y al presidente de la junta. A pesar de que hayamos tenido diferencias en lo político, las relaciones personales deben estar por encima de todo ello, ya que al fin y al cabo la coyuntura del momento, las discusiones acaloradas, y los temas polémicos pasan y pasarán mientras que las personas y los buenos amigos siempre quedarán. Por ello, y aunque esto sea mi despedida, simplemente me queda decir que siempre tendréis un amigo, haya donde esté.

Gracias a todos.